miércoles, 11 de marzo de 2009

mini -vacaciones

No nos pusimos de acuerdo. Nos cuesta demasiado decidirnos. Si uno dice camping, el otro dice Spa, si uno dice auto, el otro micro, y así menos blanco y negro, todos los binomios posibles.
Yo quería ir a Uruguay. Sólo teníamos cuatro días: De sábado a miércoles, es domingo a la noche y estamos en casa, de nuevo en casa.
Yo quería tomarme un barquito que sale de Tigre y ¨cruza el charco¨ hasta Carmelo, ahí pasar la noche, al otro día ir a Colonia dos días, podíamos alquilar bicicletas (el prefiere moto) y sólo una noche, la ultima ir a Montevideo a visitar a mi hermano, a mi cuñada y a mis sobrinos, que no veo hace tres meses.
El miércoles volveríamos tranquilos, relajados, pero no, no hubo manera de convencerlo. Le pedí por favor, le rogué, - Pensalo – le llegué a decir – no me contestes ahora – pero no hubo caso, se empecinó.
El quería ir al Tigre, a la casa que tenemos en el Tigre (a la que podemos ir cualquier fin de semana – en cualquier momento), no quería gastar plata.
Entonces agache la cabeza, cedí, arme las dos mochilas y nos fuimos para allá, apenas tomamos la lancha colectiva me di cuenta que el río estaba demasiado alto, estaba todo inundado. Llovió toda la noche y el domingo decidimos volver.
Y acá estamos, en casa de nuevo, él insiste en que nos vayamos a un mega Hotel con Spa, yo sigo soñando con Uruguay pero no le digo nada. Lo que no me cierra es que no quería gastar plata, el Hotel es carísimo, a mi me parece el aguinaldo peor gastado del mundo. (mis únicos ahorros)
No nos pusimos de acuerdo. Y todo sigue igual.

Archivo del blog