jueves, 1 de julio de 2010

Por años

1986

Mi mamá esconde bombachas sexys en el último cajón de su placard. Las descubro.


1987

Mis papás vuelven de Brasil y me traen unas calcitas de ciclistas rojas con dos rayas a los costados y un top haciendo juego. Todo de lycra brillante. También un gel con brillitos para el cuerpo. A mis hermanos no les traen nada. Nunca nos hacen muchos regalos. Voy a mi pieza y me pongo todo. Aparezco excitada bailando en el living. Atravieso el ventanal que da al balcón. No me corto pero todos se ponen nerviosos y gritan. No diferencian los vidrios de los brillos y yo no me quiero cambiar la ropa.


1988

Raquel mete mi billetera de Kitty en el lavarropas. Los australes que me regaló mi abuelo quedan blancos y desechos.


1991

Termino la primaria en un colegio bilingüe católico. Durante la hora de catequesis a un compañero oriental y a mi nos meten en el cuarto más chico del colegio. Casi salgo mejor compañera, pierdo por un voto.


1994

No me dejan ir al campamento de verano porque mi mamá está muy enferma. Me enojo mucho. Una mañana de Enero me avisan que se murió. En invierno de ese mismo año cumplo 16. Vamos con mi hermano grande a Munro en su Fiat Uno a comprar ropa de marca.


1995

Mi papá tiene novia nueva.


1996

Nos mudamos a Belgrano, a un departamento grande dos pisos más abajo del de la novia de mi papá y sus cuatro hijos. Los viernes a la noche no festejamos Shabat. Comemos feshoada.


1997

Nos vamos de vacaciones por tres meses a Orange County, un pueblito en U.S.A. Solo como galletas de arroz y ensalada Cesare. Comparto la habitación que usa mi papá de escritorio con mi hermano chico. Dormimos en dos colchones en el piso. Yo me duermo temprano. Me tapo completa y hago listas mentales de las cosas que compro en los Shoppings.


1998

Mi papá no me deja irme a Punta del Este con la familia de mi novio. Dice que si nos fuéramos solos me dejaría, se justifica diciendo que no quiere que comparta cierta familiaridad (el pijama, el desayuno) con otros.

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